martes, 17 de mayo de 2011

Acusar sin pruebas está de moda

Presunción de inocencia. Este término es algo que no conoce la UCI ni la organización del Tour de Francia. El pasado fin de semana salía a la luz una 'lista negra' de estas dos instituciones en la que catalogaban a cada ciclista en un nivel distinto de sospecha de dopaje, entre el 0 y el 10, siendo a partir del 6 un potencial dopado. Esto no es lo peor. Los criterios usados son desconocidos. Ciclistas que ya han sido pillados 'infraganti' en alguna ocasión con sustancias ilegales, como el caso de Ivan Basso, tienen un nivel 3, mientras que Carlos Barredo, un ciclista humilde, que nunca ha tenido ningún problema con el dopaje, es catalogado de nivel 10, es decir, prácticamente lo dan por dopado. Aún peor es que esta lista se haya publicado, ya que aquellos ciclistas en niveles bajos, como Cancellara, Le Mevel, Taaramae, Hesjedal o Cavendish, tendrán más oportunidades para doparse, ya que no serán vigilados, o les realizarán controles en ocasiones contadas. ¿Es realmente esto lo que quiere la UCI? ¿Qué criterios han seguido para, por ejemplo, considerar más propenso al dopaje a Menchov que a Basso? Según la organización, esta lista se ha hecho en base a los análisis sanguineos de los ciclistas. Es curioso también que una lista de sospechosos de dopaje realizada por franceses, hable de que los ciclistas galos son los menos propensos a doparse, habiendo solo 1 en los niveles de riesgo (Moreau, nivel 7). Si tanto aman el ciclismo como dicen, deberían de dejar intentar matarlo desde dentro, y con este tipo de documentos es lo único que consiguen. El ciclismo es el único deporte que se hace daño a sí mismo. Deberían aprender de otras modalidades los dirigentes ciclistas. Hay mucho que mejorar, para empezar, no culpar a nadie sin pruebas esclarecientes.

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